Hace unos pocos años, recuerdo que con dar una patada a un chino (entiéndase que no es un habitante de China), te salían trabajos como para tener que echar suertes a ver con cuál te quedabas. Te podías sentar en tu casa, con música relajante y cervecita (o un vinito, al gusto de cada cual), e ir prendiendo fuego una tras otra a cada oferta de trabajo que no te interesara, porque podías tomarte la tranquilidad de ver cómo ardía la muy jodida por no haber llenado tus expectativas profesionales y salariales y quedarte tan agusto. Total como había una en cada puerto, como las novias de los marineros....

Como dato, os comento que el rescate financiero que se ha hecho a los bancos en estos últimos años, equivale a 4.600.000.000.000 dólares. Esta cifra hasta a un matemático le cuesta leerla. Es el equivalente a 92 veces lo que la ONU pide para erradicar el hambre del mundo. Es aquí donde te quedas con una cara de pánfilo y dices: "Y no habla nadie..." (Suena el eco aquí). Más aún cuando sabemos que estamos hablando de la mayor estafa y transferencia de dinero de la historia.
Y claro, como falta dinero, falta el trabajo. Antes en los Curriculums los futuros empleados, después de describir su dilatada educación o experiencia fueran del gremio que fueran, adjuntaban una nota al final que decía: "Si la oferta no incluye horario hasta medio día o como máximo hasta las 5 de la tarde, media hora para desayunar y para refrigerios varios, y un sueldo de 2500 euros, no me llamen. Prefiero estar en mi casa acostado que ganar una miseria. Gracias"
Ahora, después de describir todas las carreras que tenemos, los Máster, los idiomas (hay que ser políglota, es imprescindible) o nuestra experiencia profesional, adjuntamos la nota: "¡TRABAJO GRATIS!".
Al menos entramos en el sorteo.
