Me doy cuenta que en una sociedad como la nuestra, la expresión: "tanto tienes, tanto vales", alcanza su máximo cumplimiento en nuestras vidas cada día. Y claro si lo que tengo es lo que soy...¡pues entonces lo quiero todo!.
Lo cierto, es que tal pensamiento suena bastante feo y superficial. No es el mío, la verdad. Sí, a mí me gusta tener cosas como a todo el mundo. Lo que quiero decir es: ¿os habéis dado cuenta, que cuando vamos a algún lado a comprar una cosa, casi siempre caen dos o más?. ¿Verdad que muchas veces sin darnos cuenta, vemos un pedazo de coche o una impresionante casa y lo primero que hacemos es poner cara de éxtasis e imaginarnos con esas cosas mientras nos decimos para nuestros adentros, que algún día tendremos uno/a igual?. A los humanos nos gusta tener buena vida y buenas cosas, que nos hagan vivir mejor. Nos las podamos permitir o permitir menos, aunque sea a plazos las tenemos que tener.
A lo que quiero llegar es a lo siguiente: ¿Lo hacemos porque está en nuestros genes?. ¿En nuestra forma de sentir o pensar?. ¿O tal vez ciertas personas crearon un "mundo consumista" para tenernos todo el día deseando cosas?. Tal vez sea algo de las tres cosas. ¡Una mezcla explosiva!.
Ciertamente, los humanos lo queremos todo. ¿Que no?. Cierto amigo mío (él sabrá quién es cuando lea esto), dijo una vez que a veces somos tan agoniosos que si nos ofrecieran algo y encima gratis nos quedaríamos hasta con una "mierda". Luego para convencernos de por qué nos la hemos quedado, nos diríamos a nosotros mismos: "Joder, si es que era gratis".
Bueno, sin ser tan extremistas, la cuestión es qué haremos el día que todas las cosas buenas que estamos acostumbrados a tener no las podamos tener. Mejor prepararnos por si acaso, que la cosa pinta muy fea.
Así que pregúntate a ti mismo: ¿Quiero seguir teniendo más de todo?.
