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Fue un momento especial aquel que entre la radiofrecuencia y el Bluetooth fue posible enviar y compartir datos a distancia entre dos dispositivos. ¡Qué avance!. Sin embargo, al pasar de los años creímos que la tecnología de infrarrojos había sido olvidada y que lo único que quedaba de ella era el uso que se le daba en los mandos a distancia. Pero regresa y encima a mayor velocidad que nunca, hasta 6 veces más que la transferencia USB 2.0, gracias a que en el Instituto Fraunhofer alemán han seguido confiando en los IR.
En Dresde, los técnicos del Instituto para Microsistemas Fotónicos (hay que tener en cuenta que los infrarrojos pertenecen al espectro lumínico) han seguido investigando para convertir los infrarrojos en algo de mayor utilidad y sobre todo con mayor velocidad a la hora de ser usados para la transferencia de datos.
Estamos hablando de tasas de transferencia de 1Gb por segundo con lo que sería hasta 46 veces más rápido que el WiFi y hasta 1.400 veces más veloz que el Bluetooth.
Esta tecnología está basada en emisores y receptores laser de reducido tamaño, tan reducido como una uña y que podría usarse sin complicaciones en los móviles, consiguiendo que compartir vídeo en alta resolución sea una cosa de pocos segundos.
Eso sí, continúa existiendo la misma limitación que siempre: los dos dispositivos necesitan estar “a la vista” el uno del otro. No se puede tener todo. -[Instituto Frainhofer]
