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Nada hay mejor que hacer caso de los refranes, dichos o frases hechas, como es el caso que ahora comento. "Consúltalo con la almohada" es algo que nos dicen cuando vamos a tomar una decisión, importante o no, cuando vamos a hacer una compra, de mayores o menores proporciones, o cuando tenemos que dar respuesta a una ofensa inferida con nuestra persona, ya sabemos que calumnias, injurias, mentiras son los divertimentos más habituales de quienes por sus venas no corre más que veneno y ganas de hacer daño.
Una buena noche de sueño, según investigadores alemanes, facilita la comprensión de problemas complejos, y dormir sirve de bálsamo a la vez que de estímulo para el cerebro humano. Tampoco se puede decir que durmiendo se resuelva todo y que la mañana siguiente resulte idílica y perfecta, que los fantasmas de la angustia se hayan desvanecido o que lo que antes era un obstáculo, horas más tarde se haya convertido en un vado, sobre el que pasamos a lomos de un brioso corcel.
Es curioso observar el experimento que se llevó a cabo con un grupo de personas, de las cuales la mitad durmieron durante ocho horas y el resto permaneció despierto. Previamente se les planteó un problema algebraico, a resolver después de las horas de sueño, en un caso, y de vigilia, en el otro. Más de la mitad de los que habían dormido encontraron la clave secreta del problema, mientras que tan sólo un veinte por ciento de los que habían permanecido despeirtos fueron capaces de resolverlo. Reflejos y creatividad salen fortalecidos después del descanso, se consolidan las memorias y las neuronas se reestructuran. Alguien pretendió una vez que era capaz de dormir veinticuatro horas y mantenerse despierto otras veinticuatro. Lo primero es prácticamente imposible y lo segundo es posible, pero no recomendable. Los ciclos vitales recomiendan un orden determinado que no debemos alterar.
Al final, nuestro bienestar físico depende de una metódica y saludable rutina. Dejemos, pues, que reposen sobre la almohada nuestros inevitables problemas, que no hay en el mundo quien carezca de ellos, y mañana será otro día
