Este era un país de cuento de hadas, dinero (¿dinero?) había hasta debajo de las piedras y vivíamos felices en un país con parques de ladrillo. Recuerdo que cualquier persona se podía permitir cualquier cosa aunque tuviera que pagarla en cómodos plazos, porque a fin de cuentas como uno se decía entonces: "Cómpralo, si poquito a poco todo se paga y total como tenemos trabajo...pues arréale". Aparte, nuestros maravillosos bancos nos vendían generosamente el dinero que nunca les costó ganar y que fabricaban de la nada a un interés siempre asequible, qué buenos eran. (Dicen que el dinero sale de una maquinita que hay en un sitio llamado "La Casa de la Moneda").
Y de repente, sin venir a cuento y sin darnos cuenta llega la Crisis, la temida Crisis y se nos acaba poco a poco la felicidad que nos inundaba por doquier. Ahora, el dinero se ha ido (no sabemos a dónde pero digo yo que alguien lo tendrá o es que se lo han comido), los españoles pierden sus casas, los bancos son "salvados" (sí como el programa de la Sexta) y no hay ni trabajo para pagar a plazos las cosillas que nos dimos antaño el gusto de comprar para mantener la economía en movimiento y que no decayera la cosa.
Los ricos que eran ricos son más ricos y los que no pues no digo nada más. Total que al final, seguimos con la boca cerrada mientras nos suben los impuestos, nos bajan los sueldos, nos echan de nuestros trabajos, nos suben la luz y quién sabe qué más, porque sólo Dios sabe España a dónde vas a ir a parar...
